Aquellos sueños que poblaron mis días,
emigrantes forzosos de cálidas sábanas,
viajeros sin prisa entre caminos viejos y horizontes muertos,
... regresan de nuevo.
Se prenden obsesivos de las verdes laderas.
Escondidos,
nutridos de líquenes,
raïces de tierra que matizan mi regreso
entre la demencia y la cordura ...
antiguas amantes que transgreden la calma
y se avocan a irracionales caricias.
Nada ha concluido,
solo continúa ...
las noches y los días,
son doncellas de piel húmeda que me regalan su tiempo ...
mientras yo ...
vivo?
o solo hiberno y me asilo en este cuerpo ...
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