. EPISTOLA 190

    

Absorta

 lejana de lo cercano, 

Ignoro los sonidos

 y me asomo a los límites de mi anhelo.

   duerme un grito en mi garganta

Y con ojos secos

oteo el camino incierto...

 A través del  cristal beso la noche, 

 Cuerpo ... manos... pies

cansados, oscuros, 

   sin luna.

 

EPISTOLA 189

 Mis manos tejen

quehaceres rutinarios 

que  van  construyendo

una un historia

con remembranzas maduras ...

Miríadas de ilusiones volaron, 

Y hoy, 

reposan serenas 

en los resquicios del alma.

No hay vacío,  

no hay silencio,

solo dulces ecos de sueños 

que regresan,

 persistentemente, 

 como blanquecinos fantasmas ...

Epístola 188

Silente ,

Camuflada entre la sombra

Camino de incógnita.

Solo el viento que aprisa pasa

Roza mis cabellos y mi boca. 

     huellas? 

No... 

es invisible la pisada.

camino de incognita.

Más,  no voy sola.

Voy de la  mano  de aquel

Que avejentó mi piel

 y  me esculpió serena. 

Epístola 187

He salido y entrado cientos de veces

Por la misma puerta que una vez, 

dejó

entrar el silencio.

El tiempo ha vuelto humo los insomnios, 

Y las penumbras

Se consuelan con luz de luna. 

  como vuelo sutil de mariposas, 

Se me oprimen dulcemente

Los recuerdos... 

Epístola 186

Un diminuto reloj cósmico

 escondido en mi piel

va marcando mis pasos lentamente.

Tiempo ajeno y  permanente

que no tiene reposo

y me atisba entre luces y penumbras

 La fatiga,  

- pronto inseparable compañera -

murmura en mi cuerpo.

 El  miedo humedece mis noches

con sueños febriles

 petrificados en el tiempo.

El fino cristal del equilibrio se rompe,

 hiberno metafórica  

entre paganas tonadas

y voces martirizadas, 

obligadas al silencio.

Cantos nuevos cual astillas 

van cayendo sobre mi piel

y me recuerdan que 

estoy viva  ... 

Marginalmente .

Epístola 185

Cuál será  el color de la tristeza?

acaso tendrás el color de volatiles mariposas, o

Serás pálida como la luna?

Me pregunto si serás traslúcida

 e invisible volarás camuflada en el viento? 

Tal vez, te escondes entre fantasías

y entonada por el sol, 

 tomas el color de la esperanza.

Cierro mis ojos para no verte

pero alli estás

inmutable, orgullosa,

murmurando lentamente...

no lo hagas, 

calla, 

no alimentes mi soledad. 

juntas ustedes 

 no son buena compañía. 

Epístola 184

Hay caminos  prestados por los que transito 

anclando las  huellas que dejan mis pasos,

marcando un tiempo que no tiene vuelta. 

 Hay caminos de duelo 

por donde se pasean las sombras,

y entre dolores inmutables

se queda atrapada el alma.

.

Caminos por los que sueño despierta

 tornando en olvido los enojos,

aflorando verdades que logran restaurar mi mundo.

Abro las manos al igual que mis ojos

 dejando que,

 entre un aquí y un ahora

decline el pasado.

Hay voces que mantienen su dominio,

pero  se dispersan

en lugares donde hoy son 

y mañana ya no.