En las manos guardo los olores de mi casa,
huelen a albaca y a cilantro.
Olores de respirar cotidiano,
aromas que llegan desde antaño
y se amañan entre el menaje nuevo.
La memoria fecunda los recuerda,
presurosa los trae desde lejos,
llegan enredados entre palabras desgastadas
que buscan acomodar en el presente,
la invisible textura de su amor.
Se enredan en las patas de la mesa,
en las cortinas, en las ollas ...
sobreviven mientras es hora de partida.
A veces huele a casa de la abuela,
A veces,
en la mía ,
a sopa caliente en las noche frías ...
Olores de allá,
olores de acá,
olores que emigran con la memoria
y ahora ...
hacia dónde?
a sopa caliente en las noche frías ...
Olores de allá,
olores de acá,
olores que emigran con la memoria
y ahora ...
hacia dónde?
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