El tiempo pasa, minuto a minuto
y mi alma, -así la siento-
va buscando una muy cómoda posición fetal.
No se percibe, sólo yo la siento
y en las noches mis manos se cierran aunque no lo quiera,
y pienso en las manos pequeñas de los bebés que al dormir se abren
separando los dedos como diciendo… tú me tienes… me amas, yo confío en ti.
Entonces
quiero abrirlas, y lo hago,
pero al momento
y sin querer vuelven y se cierran como si ya no quedara en ellas algo para dar…
también ellas olvidaron las caricias
y se duermen noche tras noche guardando como una concha
todo lo que se quedó sin entregar
No hay comentarios:
Publicar un comentario