Epístola 9

Cada ser  (y su vida) es una extraña madeja armada manualmente,

 ningún giro es igual a otro,

 y a veces por mucho que escudriñemos no logramos ver

 lo que va quedando abajo.

 no logro  acoplarme a muchas cosas

 me quedé en un método artesanal  cuando el mundo gira a otro ritmo, 

no se ni siquiera porque escribo en esta máquina

 cuando aun amo hacerlo a mano.

 creo que la razón de muchas de las cosas 

que sacuden mi interior

 es que simplemente no cumplo estándares 

 - y no es que me sienta mal por ello - 

 así como hay seres adelantados para su época,

 creo que yo llegué retardada a esta

… o tal vez no… 

tal vez lo que fui viviendo no superó mis vivencias,

 aunque reconozco que no todo fue malo, 

también se dieron buenos , muy buenos momentos

… pero...

 por qué extraño manejo de nuestro yo interno 

sobreponemos lo que más nos ha dolido

 por encima de las demás circunstancias? 

 creo que es porque siempre sucede un algo

 que nos remite inexorablemente a los rincones que creemos olvidados

 pero mentira, 

no se han olvidado, solo reposan… están allí …

y se abren paso para reforzar el dolor presente.

                                                               

Hoy pienso que me faltó fuerza, 

siempre creí que el solo amor era la fuerza, 

pero no,

 tal vez la naturaleza humana necesita de un algo más que yo no alcanzo a entender

por que para mi  siempre bastó el amor, 

me fui haciendo fuerte por amor,

 intuía pero no despertaba

 no, no hay que dudar, el amor lo puede todo

incluso hasta ser fiel

 ilusa el alma femenina enamorada

Qué equivocada!

 me faltó fuerza para exigir, 

pero…

 si yo venía de ser feliz, porque debía cambiar?

 Y vino la espera …

 y un pequeño gesto y renace la esperanza

 y otra vez la espera 

 y siempre la soledad, 

y estar siempre en el segundo renglón 

y empezar a ser conciente de no ser importante,

 de no ser tenida en cuenta, 

de saber que la caricia nace en otra y muere en ti,

 de llorar a solas …

 y estar allí .. 

siempre estar allí …

 hace mucho tiempo que estoy allí,

 pero YO, la que habita dentro de mi,

 esa dejo de estar allí hace también mucho tiempo, 

mi alma aprendió bien la lección  (según Nietzche) 

“…en la escuela de la guerra de la vida,
 el que no me mata me hace más fuerte…”

 y yo debo continuar allí,

 aún no terminó mi misión. 

Hasta cuándo?

 - No lo sé -