Desde allí en medio de todos y de nadie...
ausente con esa ausencia significativa que nos hace estar presentes,
miro absorta la nujer que danza,
mirada mezcla de admiración y envidia
miro sus pies....
que bonito lucen las negras sandalias.
La música y yo somos una sola,
y ya no es una extraña la que baila,
soy yo a través de ella
la que con gráciles movimientos me deslizo
giros marcando el compás
movimientos rítmicos,
suaves,
parece no tocar el piso
no hay palabras ...
solo la música.
Mi espiritu se une al suyo
y bailo,
bailo juvenil y vigorosa como ya no puedo hacerlo....
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