Epístola 13

El mundo se abre como “un no se que” cada vez más hipnotizante e idiotizante, pero a la vez como ese “no se que” proveedor de magnificas vivencias propias y ajenas, que como pequeños regalos quedan guardados dentro de la caja de Pandora que se lleva adentro … allí, apiñados y sin clasificar,  se va mezclando todo lo bueno, todo lo alegre, todo lo triste … y también - como en la verdadera historia- todo lo malo; se mezclan lento, sin prisa, más bien parece una danza que al son de silenciosos compases va y viene dentro de cada ser.

Llegó el momento  -sabía que algún día llegaría- es hora de mirar de frente y a los ojos a esa mujer que se quedó agazapada   ... que se quedó esperando …que se quedó espeRANDO… QUE SE QUEDÓ ESPERANDO.

 Reproches? ... no ... excusas? ...no ... preguntas? –no ... castigos? ... no.

Entonces …QUÉ? ...   que queda ...que hay… pero algo queda, algo debe haber inmerso en este indescriptible cansancio porque  … hay que estar de pie … sin importar nada …siempre de pie.

Es hora de perdonarse… perdonarse por  quedarse allí esperando a ser amada de verdad… a ser reconocida, a ser respetada, a ser … a SER … a ser … pero todo llegó a retazos en un rompecabezas que nunca pudo armar y que ya no quiere armar.  Es hora de perdonar ... perdonarse el habersee sentido humillada, el haberse sentido disminuida, el haberse sentido sola, el haberse sentido culpable, el haberse sentido menos bonita, el haber creído que el amor lo podía todo. 

Perdonarse el no haber gritado y reclamado el lugar que creía era suyo, fue mejor no haberlo hecho, si ese lugar hubiera sido realmente suyo, no hubiera tenido tantos visitantes, ni tendría que disputarlo - el tiempo le dio la razón.- Perdonase todo lo que hizo y lo que no hizo … y perdonanrse por no querer hacerlo ya y sobre todo  perdonarse por dividir la palabra AMOR en dos… ese amor con el que  cubre a todos los suyos y que  hace desearles todo lo bueno y entregar por ellos hasta el último aliento si fuere necesario. Su alma rebosa de ese amor … La otra dimensión, la de la piel, la del anhelo, la de mariposas en el estómago, la de besos de pestañas, la de hablar hasta el cansancio … esa dimensión se fue durmiendo para no dolerse más, para no tener que llorar y sobre todo se durmió para no tener que reprochar y volver a esperar.

El amor es bueno… es bueno para el alma, aunque no siempre sea como lo dice el bolero “mi amor, mi buen amor”  y lo bueno debe ser recompensado … entregando a quienes ama el regalo de la libertad, incluso la libertad de amarla.