Aunque te miré desde la barrera y me negué a aceptarte,
arbitrario fuiste contaminando,
derrumbando en mi conciencia la certeza del milagro de saberme viva...
aprendí a vivir día a día con la esperanza en una mano
y en la otra la inquietud que trae el futuro incierto ....
Viví tu aventura ... acepte tu realidad, algunas veces maltrecha y otras en reposo,
desnudé mi oscura angustia y la vestí de luz ...
Con los ojos puestos en lo alto, abandoné el hermetismo de mi alma,
viví el duelo ... enfrente el miedo ... y busqué entre recovecos la seguridad perdida
Mi voz corpórea grito el alerta
a un alma que empezaba a consumirse reprimida,
llorando en lo profundo,
íntimos anhelos desvaídos que fueron trueque de distancias y rechazo.
Te miré de frente y acepté tu reto
y allí,
en esa parte de mi que nadie puede ver ni tocar,
sembré nuevas esperanzas,
inicié un viaje nuevo
y recibí de mi creador el regalo que trajo el reencuentro conmigo misma.
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