Se acunan entre las manos las ruinas de aciertos y desaciertos
que aun laten en el alma,
se retrasan despedidas que anuncian el momento con lúgubres palabras.
El desenfreno aglutinado, empuja el umbral del desamparo,
dragando el íntimo dominio donde se acotaron las utopías
que murieron prematuras ...
Volaron las mañanas entre ecos de trinos
que adelantaron su partida
con albóreas canciones ...
vencidas la horas ... derrotadas por la nada
aun sin míseros triunfos,
transitan taciturnas, inquietas,
combatientes ...
El corazón en cuna de borrascas
abandona ensueños truncados por mentiras,
Plañideros adioses se visten de púrpura
para llorar los duelos
de miradas que ya no se encuentran
en el regocijo de la entrega.
La orfandad nace y permanece escondida,
soterrada entre las sílabas,
cavan incesantes, socavan la memoria,
hiriendo de muerte hasta la misma muerte,
apagando el brillo manifiesto de razones sin sentido
que navegan extraviados en un universo que ya no asombra …
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